Bibliotecas de abuelos
cerámica cruda, metal, madera, papel, lámpara eléctrica
dimensiones variables
Centre d’art contemporain Le Creux de l’enfer, Thiers, Francia
2016
Hay dos libreros enfrentados. Uno de ellos tiene un aspecto rústico, hecho de hierro, metal y madera. El otro parece de fabricación industrial, con un diseño más estandarizado. En cada uno, los libros están alineados: podemos ver los lomos de las obras, anónimas en su clasificación. Sólo el papel roto en el suelo, en el espacio entre los dos muebles, perturba la tranquilidad doméstica. La identificación de este primer elemento discordante nos lleva a preguntarnos por otros elementos (en igual condición). ¿Por qué estas dos librerías están dispuestas de este modo, que parecen reflejarse mutuamente en lugar de favorecer la consulta de los libros? ¿De dónde viene la impresión de que los libros no son reales, desprendiendo una materialidad más gruesa y compacta de lo habitual? En realidad, «Biblioteca de abuelos» es una instalación realizada desde cero por Jenny Feal. Los muebles, y también los libros, realizados en cerámica bruta y no en papel, reproducen con todo detalle dos bibliotecas que la artista conoció y apreció: las de sus dos abuelos. De origen cubano, la artista cuenta la historia de su familia, implicada políticamente en la revolución en ambos bandos, pero cuyos caminos e ideologías han cambiado. Entre las dos bibliotecas, la primera experimentada en la vida real, la segunda conocida a través de intercambios epistolares, ciertas ediciones se hacen eco. Al comprometerse en el proceso encarnado de recrearlas pieza a pieza, pero también de romper ciertas obras, la artista hace del acto de la creación artística, una forma de inscribir la transmisión de la historia, la de un país y una familia, lo más cerca posible del cuerpo, recordándonos lo inútil que puede ser confiar la memoria al papel, siempre amenazado por la aniquilación.
Ingrid Luquet-Gad