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Mamey

arcilla (blanca y roja), madera, mimbre, agua

Vidéo jet d’eau

dimensiones variables

2017

 

Mamey o la perfumada esencia

Atravesamos el umbral de la puerta del Espacio La Spirale del Toboggan y una sensación de desconcierto se instala en nosotros: la doble impresión de seducción y extrañeza ante una “situación” a primera vista inaprensible. Las reglas del juego no son evocadas de antemano; poco a poco el visitante debe ir decodificándolas y aceptar su papel activo y activador en una obra inmersiva que invita a la circulación, la implicación participativa y cuyo sentido no logra completarse sin haber asumido las variantes anteriores.

Partiendo del nombre de una fruta endémica de las Antillas (mamey), Jenny Feal nos invita a aceptar el viaje al interior de su pulpa, en una combinación de experiencias sensoriales, incluso sinestésicas. Sus componentes, sin embargo, sólo participan de manera alusiva y parabólica, creando un nuevo sistema de relaciones cronotópicas que toma distancia de la reproducción realista para emprender el camino de la ficción. La pulpa se vuelve entonces un lago estable de barro que invade todas las superficies del espacio; y su semilla de mimbre1 suspendida en lo alto deviene el pequeño cofre sagrado continente de aquello que resulta inaccesible –la fortuita existencia de un pequeño carnet de anotaciones, doblemente inalcanzable por el material que lo constituye y su ubicación, nos revela dicha incapacidad.

La experiencia se completa al ascender la espiral, colocándonos en una nueva situación, cuya perspectiva en contrapicado nos obliga, como en una secuencia cinematográfica, a trasladarnos de ángulo y con ello a cambiar de actitud. Nuestra posición pasiva de observación se transmuta a través de la aparición de un insólito objeto2. Un nuevo proceso se desencadena dando lugar a un ciclo en el que disímiles elementos y factores se dan cita: el gesto transformador3, el agua como agente activador y la luz natural como huella de una temporalidad en sí misma inmanente. Y ese lago anteriormente inamovible comienza a mutar en el tiempo y en su devenir, diluyéndose en ese estado que precede la creación de la obra en barro –manifestación ampliamente explorada por la artista–, cerrándose así un ciclo esencialmente vital. ¿Un retorno a la tierra?:

Del bosque hasta la sierra, / Mil frutas exquisitas / Para la Diosa lleva. /

Las toma una tras otra / La madre Venus tierna / Y al labio las conduce /

Y las desflora apenas / La boca aun impregnada / Con el sabroso néctar. /

Cupido despechado / Al cabo le presenta / Del mamey delicioso / La perfumada esencia.4

Mamey5 se revela entonces como un “agujero negro”, con gravidez y características propias, en su vocación para engendrar una infinitud de posibles y horizontes de sucesos. No sin riesgos e incertidumbres, por supuesto. Atravesar la sutil frontera entre este nuevo universo de posibles queda no obstante del lado del espectador, en su aceptación del desafío que representa la aventura de la experiencia de una obra de arte.

                                                                                                                                 Sara Alonso Gómez, Bogotá, 22 de octubre de 2017

1 El mimbre es un material de gran resistencia y elasticidad, que permite la aeración por lo que ha sido ampliamente utilizado en la confección de mobiliario tradicional en países cálidos.

2 Este cubo es típico y se encuentra frecuentemente en los bateyes cubanos, zonas pobladas en el campo cubano que originalmente constituían los habitáculos de los esclavos en una plantación azucarera durante la colonia.

3 En la cultura popular de influencia afrocubana, lanzar agua fuera del espacio doméstico resulta una manera de “santiguar” (limpiar) los lindes de la casa alejando así a los malos espíritus.

4 Poema Mamey de Juan Clemente Zenea, importante escritor cubano de la segunda mitad del siglo XIX.

5 El mamey es una fruta perennifolia de la familia Calophyllaceae de frutos dulces, comestibles. Fue probablemente originario de las Antillas.

Exposición personal Mamey, La Spirale, Toboggan, XIV Bienal de Lyon (off), Décines, Francia.

Curaduría : Sara Alonso Gómez

Esta exposición contó con el valioso apoyo de La Ville de Décines-Charpieu, el Toboggan, La Médiathèque y la ADERA.